Tengo un cáncer desde hace 5 años y medio, he estado luchando cada año con muchas complicaciones para vivir estos años de más. A pesar de esto, ha valido la pena, más allá de las contrariedades. Por esta razón, he vivido muchas situaciones en las que tener resiliencia ha sido clave para seguir adelante con el ímpetu y el coraje necesarios. Además de la resiliencia, considero que otra habilidad, que es clave para la vida, es una actitud de protagonista en lugar de víctima, a pesar de estar enfermos.
Ser protagonistas significa hacernos responsables de nuestras decisiones siempre
Todo lo que hacemos son decisiones que tomamos o dejamos de tomar. Cuando tenemos actitud de víctimas, le echamos la culpa a los demás de los que nos pasa, renunciamos a la posibilidad de actuar y no disfrutamos. En esos momentos, las personas esperan que los demás hagan las cosas y tomen acción.
Lastimosamente, el lenguaje y lo que decimos usualmente nos llevan a una condición de víctimas, que no nos ayuda. Tenemos algunas frases típicas en nuestra mente, como: no tuve tiempo, es que el tráfico no me dejó llegar, no es mi culpa, me tocó hacer esto, no me avisaron, es que empezó a llover. Estas declaraciones reflejan que entregamos la decisión a otros o dejamos que las circunstancias que nos rodean decidan por nosotros.
Cuando eliges ser protagonista, no existen esos mensajes porque todo lo que ocurre es una decisión propia. Esas frases cambian así: decidí hacer algo que me importa más, salí tarde; disculpa, me equivoqué; quiero hacer esto, no pregunté. Demuestran que el control y la decisión está en nosotros.
El reto de ser protagonista en una hospitalización
Siempre me he considerado protagonista de mi vida, pero quiero compartirles que descubrí que perdía esa capacidad en el ambiente clínico. Por ejemplo, cuando el doctor nos da un diagnóstico, no sabemos qué hacer y solo podemos seguir sus instrucciones. Sucede lo mismo cuando ingresamos a un hospital, quedamos a merced de todos sus funcionarios y nos limitamos a seguir sus órdenes e indicaciones. Claro qué hay que seguirlas y confío plenamente en ellos.
Hace poco descubrí que podía ser protagonista incluso en esas situaciones tan agobiantes, estresantes, como cuando estamos enfermos e ingresamos a un hospital y más complejo ahora en época de Pandemia. Les voy a compartir algunos ejemplos que me aplicaron a mí y que pueden generarles ideas a ustedes.
Cuando nos hospitalizan, siempre llegamos a una habitación, nos conectan unos medicamentos a unas bombas que emiten un ruido terrible y de ese momento en adelante parece que perdemos el control de todo. Como estamos conectados a suero y oxígeno, no podemos hacer nada por nosotros mismos. Las enfermeras colocan las bombas al lado nuestro y deciden todo lo que hacemos.
En la última hospitalización, decidí ser protagonista de verdad. Pedí que me conectaran con cables más largos y puse las bombas lejos de mi cama y de la silla donde me siento durante el día. Mejoró radicalmente mi bienestar, no se imaginan cómo disminuye el ruido en la noche y la molestia en el día.
Depender todo el tiempo de la gente es incómodo para mí, así que el día que llegamos preparé la mesa de noche con todos los artículos que iba a necesitar: agua, pañitos, cremas, celular, gafas, control del televisor, etc. La mesa me acompañaba en la cama o en la silla. Esto me dio independencia y autonomía, además mejoró mi estadía en la clínica. Así, ya no tenía que estar pidiendo todo el tiempo que me alcanzaran mis cosas.
Un ejemplo más dramático
Actualmente tengo una ileostomía en exceso productiva, lo cual produce una pérdida constante de electrolitos: como potasio, magnesio y calcio. Son esenciales para vivir porque regulan la cantidad de agua en las células y el cuerpo, además de ayudar al funcionamiento de los músculos, el corazón y el cerebro. Por esta razón, para reabastecerlos constantemente, tengo que ir a la clínica casi tres veces por semana. Se volvió un suplicio, y me ha llevado a perder casi completamente mi calidad de vida.
Decidí tomar control y ser más protagonista, en la medida de lo posible. Hice un proceso de concientización durante varios días para identificar cómo las comidas que ingería afectaban la ileostomía, así descubría qué alimentos debía evitar. Al ser más consciente de mi cuerpo, puedo contribuir a mejorar los tratamientos y dar mejor información a los médicos.
Necesitaba más fuerza
Con esta condición, necesitaba más fuerza para las actividades cotidianas, así que empecé a practicar Chikung. De esta manera mejoré mi condición, brindándome más energía. También logro relajarme, tener autocontrol y pensamientos positivos. Lo anterior es muy importante en este estado de enfermedad, porque se pasa por exámenes incómodos, largos días acostados en una cama, y esto me alivia. Cuando realizo los ejercicios de Chikung, pienso que estoy alimentado mi cuerpo de energía que me permite restaurarlo.
Así como Einstein descubrió que la energía se convierte en materia a nivel subatómico, creo que mis pensamientos y los ejercicios de energía me ayudan a recomponer mi materia, para mejorar mi cuerpo.
Estas situaciones como la hospitalización, ganar independencia, la ileostomía, fortalecerme y relajarme son pequeños ejemplos aplicados en situaciones muy dramáticas. Aunque pensemos que tenemos poco control, al despertar de la pasividad y ser protagonistas, podemos cambiar la situación para nuestro bienestar.
Cuando entendemos, interiorizamos y aplicamos plenamente la capacidad de tener una actitud de protagonistas, empezamos a notar una diferencia en la forma como vivimos. El mundo se ve diferente, nos sentimos mejor, con mayor control y más tranquilos, también generamos bienestar, nos sentimos optimistas, vemos y buscamos salidas, las cosas fluyen.
Así que tener conciencia, en nuestra vida, de que tenemos la opción de tomar la decisión en cualquier circunstancia que vivamos y aceptar ese reto contribuye a mejorar nuestra calidad de vida, a conectarnos con nuestro propósito, a ser más resilientes y nos ayuda a sobrepasar con más herramientas las situaciones adversas.
Los invito a que sean protagonistas de sus vidas, eso les permitirá tener consciencia y mejorar sus decisiones. Esto redundará en una mejora en sus vidas en todo sentido, así como en las relaciones con los demás, con su familia y en su trabajo.
Marcela Chaves
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