Cómo prevenir que el home office afecte tus emociones

La situación que estamos viviendo afecta nuestras emociones. Estas mueven nuestra energía (“e-motion”) y por lo tanto nos invitan a actuar. Podemos tener equilibrio emocional, es la posibilidad de que las emociones sean las adecuadas, sin evitarlas.

El “home office” y la situación que estamos viviendo en particular hacen que aparezcan emociones inadecuadas porque estamos confinados, compartiendo más con quienes nos rodean, la soledad nos agobia y/o tenemos varios roles a la vez: “home office” (teletrabajo), “home schooling” (colegio de los hijos), chef, “housekeeping” (aseo del hogar).

¿Cómo saber que necesitas recargar tu energía emocional?

Las emociones mueven nuestra energía (“e-motion”) y por lo tanto nos invitan a actuar. Es posible desarrollar la capacidad de tener emociones adecuadas. Al observar algunos de los siguientes ejemplos, se puede identificar cuándo necesitamos equilibrar nuestra energía emocional.

  • Cambios en el estado de ánimo
  • Mayor intensidad en tus reacciones: rabia, tristeza, llanto, angustia, temor, ansiedad
  • Malentendidos en las relaciones, irritabilidad o defensividad.

¿Es esta una oportunidad para lograr equilibrio emocional? ¿Para qué hacerlo? Todos tenemos la posibilidad de elegir si queremos quedarnos en el temor paralizante o escogemos el miedo que moviliza con la energía para actuar y seguir adelante y salir de la situación en la que estamos.

Te invitamos a mejorar tu productividad y bienestar con acciones y tips para trabajar más fácil haciendo home office, también podrás leer en nuestro blog otras recomendaciones para recargar la energía física, fortalecer tu energía mental y equilibrar tu energía espiritual.

Equilibra tu dimensión emocional

Equilibrio emocional es la posibilidad de que las emociones sean las adecuadas, sin evitarlas. Como las emociones son el resultado de lo que se piensa y se siente, están influenciadas por aquello que se encuentra en el entorno cercano y por la sociedad en la cual vivimos.

A continuación, algunas recomendaciones para ser conscientes y actuar a fin de equilibrar las emociones:

1. Activa la conciencia sobre tus emociones y lo que las genera

Observar las dos caras de la moneda en las diferentes situaciones y no quedarse sólo con lo negativo.

Cuando la situación resulta del confinamiento, se podría pensar en todos los problemas que traería trabajar en casa y no poder salir, considerar sólo los indicadores de las pérdidas humanas; en su lugar, se puede pensar en la oportunidad de aprendizaje, de manejar mejor el tiempo, estar con la familia, etc.

Enfocar la atención

Esto implica un esfuerzo consciente de la intención para manejar esta situación: observar los pensamientos y dirigirlos hacia lo que se puede hacer y no hacia el sufrimiento, la angustia o el temor.

Por ejemplo, cuando empezó el confinamiento, surgió preocupación por lo que iba a suceder, luego emergió la angustia por la incertidumbre. Si esa angustia se canaliza hacia la acción, es posible decidir organizarse para trabajar en “home office” y abastecerse oportunamente.

Asegúrate de ver en las diferentes situaciones las dos caras de la moneda y no quedarte sólo con lo negativo. Enfoca tu atención, esto implica un esfuerzo consciente de la intención para manejar esta situación: observa tus pensamientos y dirígelos hacia lo que puedes hacer y no hacia el sufrimiento, la angustia o el miedo.

2. Fortalece las relaciones en tu entorno cercano

Esta es en una etapa de alta interacción cuando varias personas comparten el mismo lugar que habitan. Para el equilibrio emocional es recomendable:

  • Aprovechar la ocasión para hacer acuerdos y repartir funciones del hogar, como el caso de los espacios a usar, quién cocina o si lo hacen en equipo, si se rotan responsabilidades o tienen roles fijos. Es necesario estar dispuestos a ajustar los acuerdos.
  • Aclarar cotidianamente los malentendidos, sonreír, dar un abrazo y sobre todo: ¡agradecer!
  • Respetar los horarios del tiempo personal
  • Generar espacios para disfrutar en familia o con los seres cercanos: bailar, cantar, bromear, jugar. Descubrir intereses y motivaciones comunes. ¿Tendremos la oportunidad de volver a estar juntos otra vez?(Carpe diem)
  • Tomar un “café” virtual. ¿Qué tal una forma diferente de fortalecer relaciones con clientes, compañeros de trabajo?

Conviene recordar que estar aislado no es estar solo. Vale la pena tener interacciones con amigos, familia e incluso colegas para compartir experiencias, alegrías e inquietudes. La tecnología facilita esas conexiones.

Estas acciones ayudan a estimular de manera consciente las endorfinas, la oxitocina y la serotonina, químicos naturales que mejoran nuestra energía para sentirnos felices en la cotidianidad.

Además, la comunicación abierta para construir confianza y cercanía aplica también para el trabajo. Debido a que ahora estamos más conectados digitalmente, resulta fundamental tener mayor sensibilidad ante el surgimiento de conflictos tempranos, pues ayudará a resolverlos antes de que éstos se escalen.

Para los líderes con un equipo de personas a cargo, es clave generar espacios virtuales adicionales a los de trabajo, para escucharse, entender cómo se sienten y cómo están manejando los retos que trae para todos esta nueva manera de trabajar.

3. Definir cuánto te afecta lo que dice la comunidad

Una de las mejores recomendaciones es evitar la saturación de los medios o redes con noticias sobre temas en los que no se tiene injerencia. Aquí también se enfatizan las posibilidades y oportunidades que esta nueva vida nos brinda.

Nuestra energía emocional es una decisión personal y podemos trabajar para neutralizar las emociones no adecuadas. Las acciones van desde nosotros hacia nuestro entorno para mantener el equilibrio.

En resumen, necesitamos hacer conciencia de lo que sentimos y aquello que nos afecta, así como asegurarnos de considerar el lado positivo, lo cual ayudará en nuestra percepción.

Hacer acuerdos y mantener buena comunicación mejorará nuestras relaciones. Limitar nuestra exposición en medios y reconocer que no podemos controlar el entorno nos protegerá de la avalancha de información que nos haga sentir abrumados.

El equilibrio emocional es la habilidad de tener las emociones adecuadas que nos llevan a actuar sobre lo que nos pasa.Tenemos la libertad de decidir sobre nuestras emociones y fortalecer la empatía.


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Federico Ulloa

Ingeniero Industrial de la Universidad Javeriana. Maestría en Mercadeo del CESA y ESIC. En su rol de Consultor Senior de 361° ha sido facilitador de sesiones de estrategia, diseñador instruccional (presencial y virtual) y facilitador internacional de entrenamientos de comunicaciones, liderazgo y productividad personal

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