Mi lucha contra la enfermedad ya cumple 6 años, poco a poco mi calidad de vida se ha visto afectada, cada vez me siento más débil y voy perdiendo fortaleza física. Hasta hace poco pensé que mi ileostomía era una situación pasajera y podría reponerme. Pero después de conversar con mi doctora acepté la realidad: esta es mi nueva clase de vida. Luego de hacer consciente esta difícil situación sigo cuidando mi independencia.
Aunque mi mente sigue muy lúcida, me agoto más rápido y llegará el momento donde mi cuerpo colapsará y descansaré en paz. Así que decidí hacer un cambio: prepararme espiritualmente en todo este proceso. Por eso, quiero compartir cómo lo estoy logrando con cuatro acciones que me ayudan a entender otra forma de vivir que me da más trascendencia y me acerca más a mi propósito de vida.
1. Comunicar todo el amor que se siente por las personas se vuelve contagioso
Nunca guardar ninguna palabra de amor para los seres queridos y las personas que me rodean. Ahora estoy diciéndole a todos que los quiero, que los amo y obviamente que los voy a extrañar.
Disfruto ver que además es algo que se contagia, porque mis hijos todo el tiempo están diciéndome que me quieren, mi esposo no para de hacerlo y todos mis amigos también. Así se vuelve recíproco, es una buena combinación que genera mucha satisfacción.
En estos tiempos de pandemia, la comunicación se ha vuelto complicada porque a veces se enfoca demasiado en cómo me siento, y como la situación es muy parecida, la conversación resulta muy corta. Además, me toca mucho por chat porque mi voz tampoco está funcionando muy bien.
Un hábito que estoy introduciendo, es centrar la charla en otros temas, haciendo preguntas para saber de los demás y que la gente me cuente sus experiencias. Esto me acerca más cerca a ellos y me permite tener la atención en algo más que la enfermedad.
Por otro lado, las sesiones de trabajo que tengo son super enriquecedoras, porque me ponen a pensar en otros temas, logran que mi cabeza se active a funcionar y hacen olvidar la enfermedad.
Por eso les recomiendo que cuando estén con amigos con enfermedades, no solo les pregunten como se sienten, compartan experiencias, cuenten historias, hablen de otros temas, así es como las personas se conocen, se acercan y se relacionan entre ellas y estrechan lazos.
2. Estar acompañada de Dios me ha dado paz
Tengo en mi mesa de noche vírgenes, rosarios, imágenes, cosas que mis familiares, amigos y conocidos me han regalado para recordarme que voy para un mejor lugar y para darme paz y tranquilidad. Gracias a esto los tengo presentes todo el tiempo y me acompañan de día y de noche.
A pesar de no haber sido una persona muy religiosa, durante estos 6 años de lucha, he descubierto que cuando rezas logras una paz espiritual y una calma que te ayuda a entender que cuando te vayas llegas a un lugar mejor. Así es en mi caso, pero creo que para otras personas es encontrarse con su ser espiritual.
Esto me ha llevado al hábito de rezar con más frecuencia porque han ofrecido rosarios y misas por mi salud. Me siento sumamente agradecida porque esto facilita el camino.
Cada vez que rezo yo sola o en compañía siento como si muchas pequeñas luces doradas flotaran por el universo hasta el lugar que me corresponde y lo están preparando de la mejor manera para mi llegada. No sé porque tengo esa visión, pero siempre viene a mi mente esa imagen.
3. Chi Kung o meditación en movimiento me fortalece
Cuando tuve una oclusión intestinal hace 4 años tuve la oportunidad de conocer a un maestro, Sifu Wong Chun Nga, que me introdujo en el mundo del Chi Kung. En esa época que estaba en Bogotá, estuve aprendiendo y practicando con él por dos semanas. Después me hicieron la cirugía de Sugar Baker hace 3 años y continuamos vía virtual; luego yo sola seguí practicando.
Su padre es Sifu Wong Kiew Kit, es un hombre muy importante y un Gran Maestro en esas artes milenarias orientales que manejan la energía y que para nosotros “los occidentales” son difíciles de entender y practicar.
El Chi Kung es el arte del manejo de la energía vital, aunque el nombre que más me gusta es meditación en movimiento. Es una práctica milenaria de la antigua China que se había mantenido en secreto por mucho tiempo y solamente se ha dado a conocer para los occidentales durante los últimos 20 años y Sifu Won Kiew Kit ha sido uno de sus principales promotores.
No es una disciplina intelectual, es 100% experiencial; tampoco es una religión porque aplica a cualquier tipo de creencia y existen varios tipos de Chi Kung de diferentes niveles.
En este arte oriental se desarrolla fuerza interna, que está dentro de nosotros y es diferente a la fuerza mecánica y muscular. Consiste en que tu logres relajar tu cuerpo y tu mente, que para algunos de nosotros no es tan fácil, y que practiques una serie de ejercicios simples y eficaces sincronizando movimientos corporales. El Chi Kung activa y regula el flujo de energía para la salud, la fuerza interna, el equilibrio emocional, la claridad mental y el gozo espiritual.
Hay muchos ejercicios para practicar, depende de tu intención, del tema de salud que quieras trabajar, o de lo que quieras lograr. Yo aprendí con mi Sifu una serie de ejercicios que me ayudan a renovar la energía interna para mejorar mi calidad de vida.
Todos los días practico; actualmente por la debilidad que tengo los hago sentada, pero cada vez que los hago, siento mejoría en mi energía interna. Hay varios ejercicios básicos que toda persona que practique Chi Kung debería hacer: “lifting the sky”, “pushing mountains” y “carrying the moon”.
- “Lifting the sky” es un ejercicio que induce una energía interna que fluye en tu cuerpo.
- “Pushing mountains” canaliza la energía de tus brazos y manos.
- “Carrying the moon” ayuda a visualizar la energía en todo el cuerpo para limpiar emociones negativas, y ayuda a revitalizar la energía de cada célula de su cuerpo.
Cuando se respira en Chi Kung, no es aire, se respira energía cósmica. Otro elemento muy importante es la relajación; a mí personalmente me cuesta mucho trabajo lograrla. Yo diría que es la debilidad más fuerte que tengo y a veces me preocupa porque me imagino que eso afecta los buenos resultados que puede obtener esta disciplina.
(Todas las definiciones fueron tomadas del libro “The Art of Chi Kung” de Sifu Wong Kiew Kit).
Los ejercicios me ayudan mucho a renovar la energía interna.
Hace una semana inicié nuevamente, antes estaba tan débil y con todas las crisis que he tenido no había podido reiniciar. Siento que el Chi Kung me está ayudando un poco a recuperar energía. Tanto así que hoy creo que es la única estrategia que me queda para mejorar mi condición física. Esta semana volví a comenzar vía virtual con mi Sifu Wong a ver si logro la energía que necesita mi cuerpo para tener una mejor calidad de vida.
4. Agradecer constantemente me llena de satisfacción
Hay tantas personas que se han acercado durante todo este proceso que lo único que me queda es agradecer infinitamente que estén pensando tanto en mí, que me envíen sus buenos deseos. Así que hoy me la paso todo el tiempo agradeciendo y esto me da paz y tranquilidad. Sentir que pude dejar una huella positiva en las personas, que mi legado permanece y que fui considerada como una buena persona, da mucha satisfacción y además es uno de los propósitos que me puse en mi vida.
Agradecer es un buen hábito que te ayuda a prepararte para cuando llegue el momento. Así que muchas gracias por haber leído este texto y por acompañarme en este camino.